sábado, 29 de enero de 2011

Por siempre.

Roza con el límite de tu pureza
los restos de mi alma dispersos,
por este trozo de vida que llamamos
eterno.

Acaricia con tus manos
mis miedos a caer,
mis miedos a fallar.
Llena con tus labios mis deseos de tí.

Tócame con tus cabellos
como quien recorre un verso
para encontrarse a si mismo
como para encontrarnos en un punto exacto.

Inquietame con tu mirada,
mueve mi alma sin detenerte nunca.
Paseate por mis anhelos,
y no me dejes nunca.

Ámame como si no hay un mañana,
como quien sabe que el hoy es nuestro,
como quien sabe que lo nuestro es eterno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario