Apaciguamiento

"Tus ojos y mis ojos se contemplan
en la quietud crepuscular.
Nos bebemos el alma lentamente
y se nos duerme el desear.

Como dos niños que jamás supieron
de los ardores del amor,
en la paz de la tarde nos miramos
con novedad de corazón.

Violeta era el color de la montaña.
Ahora azul, azul está.
Era una soledad el cielo. Ahora
por él la luna de oro va.

Me sabes tuyo, te recuerdo mía.
Somos el hombre y la mujer.
Conscientes de ser nuestros nos miramos
en el sereno atardecer..."

Mariposa...

"Quisiera
hacer un verso que tuviera
ritmo de Primavera;
que fuera
como una fina mariposa rara,
como una mariposa que volara
sobre tu vida, y cándida y ligera
revolara
sobre tu cuerpo cálido de cálida palmera
y al fin su vuelo absurdo reposara
--tal como en una roca azul de la pradera--
sobre la linda rosa de tu cara...

Quisiera
hacer un verso que tuviera
toda la fragancia de la Primavera
y que cual una mariposa rara
revolara
sobre tu vida, sobre tu cuerpo, sobre tu cara."

Esas noches de cielo estrellado

Y caricias de luna.
...
Esas en las cuales paseas frente a destellos de fantasías
y cantos de cuna.
En donde pretendes perderte
y terminas encontrando, aquello que jamás buscaste.

En donde delirios que acompañan el paso
de tus delicados pies,
ríes y caes...
o viceversa.

Esas noches de cielo estrellado
en las cuales solo deseo encontrar tu sonrisa dibujada
en la inmensidad de ese manto obscuro que nos recubre.

Y calla, asienta.
Tan solo pido una mirada al cielo,
en esas noche solitarias...

Tan solo alza tu mirada al cielo
y espera, lee mis labios entre el roce de la brisa,
mis manos en tus heladas mejillas,
escucha mi corazón gritando tu nombre entre cada susurro del tiempo...

Y que estas noches sean sinfonías
una burla a la distancia,
una sonata a la alegría...
Un motivo para elevar tu mirada
y saber que entre tus manos y las mías, la distancia, amor, es solo una ironía.

A tres pasos de la eternidad

No sería iluso de mi parte el reconocer en tus labios
ese paisaje idílico
con toques de perfección
entre el cielo estrellado y tu mirada eterna.

No sería imposible perderme en cada juego de tus manos
mientras rozan esa parte de mi alma que no creía tener,
que no pensaba encontrar.

No sería paradójico caminar por las ondas de tu cabello,
disfrutar de la brisa de tus deseos
y navegar por las profundas palabras que calla tu piel.

No sería especial, si no disfrutara de tus largos placeres entre sonrisas,
de tu belleza entre mis manos y mis ojos en tu delicadeza.

Por que sencillamente no sería yo... sin tí.

Instantes

Y mientras me consume el ardor de una conversación con tan poco sentido,
mientras me dejo llevar por el vaivén de un par de palabras,
tan solo acompañadas de toques precisos y poco estilizados.

Jugando a encerrar en circunferencias
datos extrapolados e incluso detalles inconclusos.
En la simpleza que baña este vacío tan concurrido.

Con paisajes reflejándose en las vitrinas que apuntan hacía una parte del horizonte,
y otra hacía el ocaso del tiempo interminable.
Esos cruces exóticos de respuestas y gozos enfrascados.

Y sigo sin creer que esto sea,
que esto es.

Entre un mar de ilusiones desencadenadas.

Como el viejo aroma de un árbol en pleno abril,
así de espectacular como el llanto febril
de una gota de rocío,
que golpea el suelo con fuerza,
con ese ímpetu que tanto caracteriza paisajes espectaculares, como tu.

Entre un mar de ilusiones
que juegan a encontrarse mutuamente entre dos caminos,
formados por cadenas de tiempo.
Bajo el sentimiento de gloria
que amerita cada susurro de tus ojos.

Una y otra vez contra las olas de un deseo,
perdido en tus brazos, navegando entre pasiones,
entre tus labios.
Sin razones, sin distinciones.

Por cada hoja que juega en el viento
como las horas inagotables
que circular entre distintos momentos,
como esa parte de ti, esa parte de mi.
Esa barca tuya, esa barca mía... ese camino nuestro.

Oasis.

"... del griego ὄασις oasis, tomado del egipcio uḥ3t, en demótico uḥỉ y en copto uaḥe."...

Disfruto el momento glorioso, en el que saboreo la idea
de una nueva oportunidad que yo mismo he negado,
una y otra vez.

Aún intento quitarme de mi cabeza la idea que es un simple espejismo más,
que es tan solo un invento de la rutina
y salida de emergencia,
como un simple escaparate viejo en la repisa de una vida.

Como una caja de cartón convertida en la mansión más grande
jamás construida, jamás revelada.

Es el fin del camino...
El punto de partida perfecto para quien no conoce el límite, o simplemente disfruta ignorándolo.