A tres pasos de la eternidad

No sería iluso de mi parte el reconocer en tus labios
ese paisaje idílico
con toques de perfección
entre el cielo estrellado y tu mirada eterna.

No sería imposible perderme en cada juego de tus manos
mientras rozan esa parte de mi alma que no creía tener,
que no pensaba encontrar.

No sería paradójico caminar por las ondas de tu cabello,
disfrutar de la brisa de tus deseos
y navegar por las profundas palabras que calla tu piel.

No sería especial, si no disfrutara de tus largos placeres entre sonrisas,
de tu belleza entre mis manos y mis ojos en tu delicadeza.

Por que sencillamente no sería yo... sin tí.

Instantes

Y mientras me consume el ardor de una conversación con tan poco sentido,
mientras me dejo llevar por el vaivén de un par de palabras,
tan solo acompañadas de toques precisos y poco estilizados.

Jugando a encerrar en circunferencias
datos extrapolados e incluso detalles inconclusos.
En la simpleza que baña este vacío tan concurrido.

Con paisajes reflejándose en las vitrinas que apuntan hacía una parte del horizonte,
y otra hacía el ocaso del tiempo interminable.
Esos cruces exóticos de respuestas y gozos enfrascados.

Y sigo sin creer que esto sea,
que esto es.